La Capilla Blanca de Senuseret I

Academia de Lenguas Bíblicas y Orientales

de la Facultad de Teología de Valencia, sección Egipcio

C O N F E R E N C I A

La Capilla Blanca de Senuseret I

D. José Ramón Navarro González

Licenciado en Historia Antigua por la UCM y

Miembro de la AEDE

Viernes 23 de marzo de 2012 - 18 hs.

Palacio de Colomina

Sede Universidad Herrera - CEU de S. Pablo

c/ Almudín 1 - 46003- Valencia

ENTRADA LIBRE

A finales del siglo XIX, las autoridades del Servicio de Antigüedades decidieron restaurar y consolidar los distintos edificios que componen el Gran Templo de Amón en Karnak, que el tiempo y la mano del hombre habían dejado en un estado lamentable. Al estado ruinoso de alguna de sus construcciones, habría que añadir los graves daños producidos por una catastrófica crecida del Nilo, en el año 1887, y el derrumbamiento de varias columnas de la Sala Hipóstila, en 1899.

Para la dirección de los trabajos se designó a varios egiptólogos famosos, hasta que, en 1925, fue nombrado para el cargo el arqueólogo y arquitecto suizo Henri Chevrier. Al acometer la consolidación del III Pilono, mandado construir por el rey Amenhotep III de la XVIII Dinastía y, ante el estado de ruina que presentaba, se decidió desmontarlo en su totalidad hasta llegar a un terreno lo suficientemente estable y resistente que permitiese levantarlo de nuevo.

En el trabajo de desmontaje, fueron apareciendo, formando parte del relleno y de la cimentación, 951 bloques pertenecientes a 11 edificios anteriores a la construcción del pilono. Entre estos edificios podemos citar las Capillas de Alabastro de Amenhotep I y de Thutmose IV, la Capilla Roja de Hatshepsut o la Capilla Blanca de Senuseret I, que estudiaremos hoy.

La Capilla Blanca es uno de los edificios más bellos, sorprendentes e interesantes de los construidos por los antiguos egipcios. Y lo es por diversos motivos. Ante todo, es el templo egipcio más antiguo que ha llegado completo hasta nosotros, y es uno de los pocos edificios levantados durante el Reino Medio que han sobrevivido a la destrucción. Por lo tanto, aporta una información epigráfica e iconográfica muy valiosa que nos habla sobre la evolución teológica, filosófica y política que se estaba materializando en Egipto a comienzos de la XII Dinastía.

Además, muestra numerosas ceremonias y aspectos del Heb-Sed que desconocíamos y proporciona una información directa y no manipulada en sus textos y relieves, ya que no han sufrido las mutilaciones y las damnatio memoriae que otros edificios han padecido a lo largo de los siglos.

La Capilla Blanca tiene dos cualidades que la hacen única: exteriormente, aunque se trata de un edificio bellísimo, equilibrado y armónico, es de un tamaño relativamente pequeño. Podemos decir que tiene unas dimensiones “humanas” y que podemos abarcarlo con una mirada. Pero cuando entramos en su interior la cosa cambia radicalmente y nos damos cuenta de su grandiosidad. Entonces, la belleza de sus relieves y la perfección y delicadeza de sus textos jeroglíficos nos impresiona, nos desborda y nos conmueve.